domingo, 27 de octubre de 2013

Tema

Los parásitos intestinales conviven en un relativo equilibrio con todas las especies y por tanto también con nuestras tortugas. Esto es así tanto en cautividad como en la naturaleza. El problema viene cuando ese equilibrio se ve alterado. Esto puede propiciarlo múltiples factores como son el estrés, el exceso de ejemplares en un recinto demasiado pequeño, una enfermedad, etc.

Por eso es importante controlar el estado de nuestras tortugas en cuanto a sus niveles parasitarios. Lo más recomendable sería realizar análisis coprológicos periódicos por parte de un veterinario (un microscopio económico puede llevarnos un poco más allá en nuestra afición para que realicemos nuestras propias observaciones) pero como eso puede resultar complicado, la mayoría de aficionados realizan dos desparasitaciones preventivas anuales: una antes (Septiembre por ejemplo) y otra después de la hibernación (Abril).

En cada una se administra una segunda dosis de repetición pasado un Periodo Ventana de 15 días para combatir a los parásitos que se encontraban en huevos en el momento de la primera dosis.

Los principales parásitos que intentamos controlar son Nemátodos y Protozoos como los Flagelados.

Los Nemátodos conocidos como gusanos redondos pueden apreciarse a simple vista en las heces de las tortugas. Llegan hasta las tortugas en forma de huevos ingeridos junto a los alimentos.

Parásito intestinal encontrado en las heces de una Testudo hermanni.
Nemátodos hallados en las heces de una Stigmochelys pardalis.
Foto cedida por Bartolomé Caballero.

Los Protozoos solo son visibles al microscopio.

Para combatir la superpoblación de estos parásitos suelen usarse dos medicamentos: Panacur (principio activo Fenbendazol) en el caso de gusanos y Flagyl (principio activo Metronidazol) para los Flagelados.

Estos medicamentos se comercializan en varias presentaciones (suspensión, comprimidos, pasta, tabletas, inyectable). Algunas de ellas son difíciles de encontrar en pequeñas cantidades ya que son usados para ganado, por lo que lo más recomendable serán los comprimidos que podemos encontrar en cualquier farmacia de barrio. Las concentraciones de los comprimidos también varían entre 250 y 500 mg, pero intentaremos conseguir la de 250 mg para que la dosificación sea más sencilla.

La dosis recomendada, y que la mayoría de aficionados usamos para desparasitaciones preventivas, es de 100 mg de principio activo por kg de animal. Esto es tanto para Panacur como para Flagil, lo cuql nos simplifica mucho la tarea.

Es decir, para una concentración de 250 mg: 1/2 pastilla tendría 125 mg de principio activo. 1/4 de pastilla 62,5 mg.

Haciendo una simple regla de tres podemos calcular la dosis que le corresponderá a cada tortuga. Por supuesto es más difícil calcular la dosis para tortugas más pequeñas pero dado que no se dan muchos casos de reacciones adversas a estos medicamentos (en la actualidad se están realizando algunas investigaciones que podrían sugerir lo contrario) no debemos preocuparnos demasiado.

1000 gr (peso).............................100 gr (P. Activo)
Peso real en gr................................X gr (P. Activo)

Veamos unos ejemplos:

Para un ejemplar de 850 gr la dosis sería 85 gr de principio activo. Entonces: 

1 Pastilla.............................250 gr (P. Activo)

X Pastilla..............................85 gr (P. Activo) 
Para el ejemplar del ejemplo con un peso de 850 gr deberíamos utilizar 0,34 pastilla, es decir algo menos de media pastilla de Panacur y otro tando de Flagyl. 
Un ejemplar de 1250 gr debería tomar aproximadamente media pastilla de cada medicamento. 
Un ejemplar de 625 gr debería tomar aproximadamente 1/4 de pastilla de cada medicamento. 
Para ejemplares más pequeños la dosificación es muy difícil y habrá que hacerlo a ojo.

Una vez sabemos la proporción de comprimido que le corresponde a un ejemplar según su peso, cortamos la pastilla para obtener la porción indicada. Tras eso la machacamos (podemos usar dos cucharas, un mortero, una piedra; lo ideal es haber envuelto las pastillas en papel para evitar perder el contenido) y ahora podemos hacer varias cosas:

  • Espolvorear el medicamento sobre la comida o disimularlo en su interior: corremos el riesgo de que no ingieran todo el medicamento debido al mal sabor de este y de que se caida mientras mastica
  • Abrir la boca del ejemplar y vaciar los polvos en el interior: es posible que el mal sabor haga que se saque el medicamento utilizando las patas delanteras
  • Abrir la boca del ejemplar, sondarlo e introducir el medicamento directamente al estómago diluido en agua: es la forma más compleja pero a la vez la más segura

Como ya hemos dicho, habrá que repetir el proceso pasadas dos semanas para combatir los parásitos nacidos de los huevos que habían puesto los adultos justo antes de desparasitar la primera vez. Esto debe hacerse en todo caso y siempre antes de que esos nuevos parásitos alcancen la madurez y vuelvan a poner huevos en cuyo caso el proceso no habría servido de nada.

El motivo de realizar las desparasitaciones preventivas antes y después de la hibernación es el de preparar a las tortugas para los periodos más delicados, en los que la carga parasitaria puede afectarles más debido a cualquier otro problema.

Estas desparasitaciones preventivas no son ni mucho menos obligatorias, no me atrevería ni a decir que recomendables (tampoco perjudiciales). Hay muchos aficionados que las realizan y muchos otros que no. Todo depende de las condiciones de mantenimiento, número de ejemplares mantenidos, tipo de alimentación, etc y por supuesto el criterio personal del aficionado, que debe valorar si cree conveniente realizarlas o no, y la periodicidad de estas. Si es totalmente recomendable en la incorporación de nuevos ejemplares a un grupo, animales con el sistema inmunológico deprimido, casos en los que un análisis coprológico revele una carga parasitaria excesiva, etc.


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